María Amalia de Sajonia fue una princesa alemana nacida el 24 de noviembre de 1724 en Dresde, capital del Estado de Sajonia, en el Sacro Imperio Romano Germánico. Fue la hija de Augusto III de Polonia y su esposa, María Josefa de Austria.
En 1738, a la edad de 14 años, María Amalia contrajo matrimonio con el rey Carlos VII de Nápoles (futuro emperador del Sacro Imperio Romano Germánico). Juntos tuvieron 18 hijos, pero solo 12 llegaron a la edad adulta. Desafortunadamente, la mayoría de ellos murieron jóvenes debido a enfermedades o complicaciones relacionadas con el parto.
María Amalia fue una reina popular y querida tanto en Nápoles como en Sicilia. Fue conocida por su belleza, inteligencia y gracia, además de su participación en actividades caritativas y proyectos culturales. Durante su reinado, promovió el desarrollo de la educación y las artes, y apoyó a artistas y escritores.
Tras la muerte de su esposo en 1745, María Amalia continuó viviendo en Nápoles y tomó el papel de regente en nombre de su hijo, Fernando IV de Nápoles, quien era menor de edad. Durante su regencia, tuvo que enfrentarse a numerosos desafíos, como conflictos políticos y amenazas de invasión por parte de otras naciones.
En 1759, María Amalia contrajo matrimonio por segunda vez con su primo, Fernando, duque de Parma. Juntos tuvieron otros 10 hijos. Durante su tiempo en Parma, continuó promoviendo el desarrollo cultural y social de la región.
María Amalia de Sajonia falleció el 27 de septiembre de 1760 en Parma, a la edad de 35 años. Aunque murió joven, dejó un impacto duradero en la historia de Nápoles y Parma, como una reina amada y una promotora de la cultura y la educación.
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